miércoles, 29 de septiembre de 2010

ACROSS THE UNIVERSE


Veo a mi hermano subir otra vez a tocarla. Algo le pesa en los pasos y en los hombros. Su guitarra parece triste. Nunca lo había visto así. Porque su mundo ha cambiado, a pesar del estribillo, que él cantaba desde las tripas de su voz como para conjurar que nada malo le pudiera pasar. Pero mi hermano sabe que es mi canción favorita.

Recuerdo la primera vez que la escuché. Estaba en mi habitación, viendo oscurecer el día desde la ventana. Y ya en los primeros acordes algo se me removió por dentro. Como un estremecimiento por detrás de la piel que acabó en la piel misma. Fue y vino, y después se sostuvo. El temblor, digo. Y miré el cielo ennegrecido y en esa contemplación con la canción de fondo comprendí algo profundo que nunca supe expresar. Un secreto, quizás.

Desde entonces le pedía a mi hermano que me la cantara. Me gustaba notar su voz cerca porque así sentía que casi podía tocar las notas con mis manos. Y le preguntaba cosas. Que qué significaba Jai Guru Deva. Nada, me decía, no significa nada porque el universo es así de inexplicable. Otras veces, mientras la escuchábamos juntos, repetía: ¿lo ves?, estanques de tristeza y olas de alegría, la vida es eso, Dani, una montaña rusa de emociones. Ya lo entenderás.

Se le enreda la voz cuando llega al estribillo. Se le agrieta. Su mundo sí ha cambiado, a pesar del estribillo. Con la voz rota y dos lágrimas eternas en las mejillas sigue tocando. Sabe que es mi canción favorita. Y llega al final. Y viene hacia mí para abrazarme.

Echado sobre el féretro me susurra llorando: esto no va a cambiar nada, Dani, ¿me oyes?, no va a cambiar nada porque te voy a estar cantando siempre.

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**Relato presentado a un concurso de La Vanguardia. Como igualmente lo cuelgan en su blog y lo puede leer todo el mundo, lo doy también aquí. El enlace del concurso es el siguiente:

jueves, 16 de septiembre de 2010

DESCUIDO

“¡Tachán!”. Mario aparece por sorpresa delante de Natalia exhibiendo un precioso ramo de flores y una generosa sonrisa. Los ojos de Natalia se lo sacuden dedicándole toneladas de desprecio: ¿con quién te has acostado ahora? No, cariñito, hoy celebramos que he dado el primer paso: he encontrado un grupo de Casados Infieles Anónimos, voy a ir a terapia. Tiene guasa el asunto, después de todo, el canalla tiene buenas salidas. Pero esta vez se ha pasado. Si quería aprovechar el ramo, el muy imbécil podría haberse acordado de quitar la tarjetita: “Cachito mío, mañana mismo dejo a mi mujer”.



*Este es el micro que envié a ReC en la segunda semana de concurso. Evidentemente no fue seleccionado, porque, si así fuera, ya lo habría pregonado a los cuatro bombos (perdón: a viento y platillo). Bueno, a ver dónde doy el bocado esta semana.

sábado, 11 de septiembre de 2010

EXILIO

Papá solía morirse dos veces al día desde que se alzó el Partido de la Salvación. De risa por la mañana, cuando todavía tenía humor, al oír al Presidente en su altisonante discurso hablando de libertades, dignidad, unidad nacional, resistencia… Y de asco por la tarde, cuando departía con otros jubilados en el bar. La imbecilidad es contagiosa, decía al subir. Una noche llegó a casa con los ojos enrojecidos de rabia: le habían dicho que la Patria estaría mejor sin gente como él. A la mañana siguiente, encontramos una nota junto al frasco: “Por fin puedo abandonar este país de mierda”.



*Este es el micro que envié la semana pasada a Relatos en Cadena de la Ser. No hubo suerte, como de costumbre. En realidad los seleccionados eran bastante mejores que el mío, así que enhorabuena a los tres. Volveremos a la carga esta semana.