El último aliento. La confesión. El estertor. El tajo en el cuello. La mirada aterrada. El destello en la hoja. Las once y cinco. Las manos esposadas al cabecero. El alegato del juez. Soy inocente querida. Su cara de bobo. La acusación de ella. Hay indicios suficientes Señoría. Su mirada revoltosa. Las once. Un cuerpo de hombre desnudo sobre la cama. Ridículamente en calcetines. Una chica a horcajadas. Unas manos que juguetean con unos calzoncillos estampados de tortugas. Las once menos cinco. Una lucha de dedos y prendas. Unos botones que se resisten. Los primeros besos. Una puerta que se abre. Un ascensor que sube. Un coche que aparca. El último brindis de la cena. Te paso a buscar a las nueve. El primer café juntos. Las primeras risas. Y una promesa callada el día que los presentaron bajo la lluvia. En tu último aliento sabrás de quién soy hermana.
FELICIDADES, lo he leído 17 veces. Me ha gustado, es obvio, creo que te puedes llevar el gato al agua. Pero lo más importante es estar ahí, dándole curro a los picapleitos. En fin, el trabajo bien hecho tiene sus recompensa. Ahora, la guinda que la ponga la suerte. Aunque eso da igual, el micro es bueno y lo será siempre.
ResponderEliminarUn abrazo. Me alegro mucho, de verdad.
Enhorabuena.
ResponderEliminarIván, ese micro es genial. Me encantó. Como dice Agus, ahora que decidan lo que quieran, pero el micro, por encima de eso, es tremendo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Agustín, 17 veces gracias. Como tú eres muy modesto, pues digo aquí (espero que no te moleste) que tú también eres finalista, y que al ritmo que llevas, creo que no tardarás en haberlo sido 17 veces. Lo mío es una cosa puntual Agustín. Tú en cambio, erre que erre con ser finalista mes tras mes (e incluso ganador en una ocasión: por cierto, ¿cómo aprovechan esos 500 euros? Se lo preguntaré también a Gabriel). Disiento contigo en una cosa: no creo tener muchas posibilidades de ganar. No por exceso de modestia, sino porque es un micro un poco intrincado. De todas formas gracias y suerte recíproca.
ResponderEliminarManuel, gracias por la enhorabuena y por tu fidelidad.
Alberto, tienes razón: al cabo de todo queda la pieza. Y si la pieza resulta que funciona y que le parece genial a alguien (como a ti), pues eso ya es mucho. Para mí los concursos, como el blog, son un pretexto para escribir, porque, si no, lo haría menos o no lo haría. Supone una ilusión innegable ganar o salir seleccionado, pero no es menos cierto que hay un componente muy aleatorio en cualquier convocatoria de este tipo.
Repito: gracias a los tres.
Mi enhorabuena, Iván. Lo más importante ya está hecho. Ahora a esperar el soplo de la fortuna.
ResponderEliminarAbrazos fuertes,
PABLO GONZ
Ya lo había leído y admirado. Fantástico microrrelato, merecedor como el de Agustín y alguno más de ganar el mes. Mi enhorabuena.
ResponderEliminarPuñado de besos.
Felicidades.
ResponderEliminarMe ha puesto taquicárdico tu relato.
Un abrazo.
Me gusta el ritmo telegráfico, el juego temporal, la trama detectivesca, me gusta que no haya nada que me chirríe, el encaje de las palabras con naturalidad, que seas finalista.
ResponderEliminarMucha suerte.
Enhorabuena(ganes ono que ya sabes....) porque el micro es de calidad y junto con el de Agustín, Elisa y el de Manuel Merenciano uno de mis favoritos.
ResponderEliminarRosana
Enhorabuena, Iván, un relato electrizante, redondo como un cuello bien rebanado, como un plato lleno de cuchillas servidas bien frías :-)
ResponderEliminarEs el primer micro que leo que se puede leer al revés. Los otros micros en los que se va marcha atrás, o en los que se cuenta algo con el tiempo invertido, tienen construcción "de izquierda a derecha". Éste no. Eso es genial.
ResponderEliminarEs intrincado, como tú dices. Pero eso no le quita valor. Tal vez le quite posibilidades en el concurso, porque es algo incómodo.
Valiente, y no es la primera vez.
Felicidades, y suerte.
PD: A mí los 500 euros me sentaron de maravilla, ¿qué voy a decir? Pensé en dedicar mi primer dinero a un regalo para alguien especial, pero poco a poco, entre necesidades y caprichos...
Llego muy tarde a dar las gracias a todos. Pero bueno, dice el refrán que nunca es tarde si la dicha es buena.
ResponderEliminarPablo, como bien dices,lo más importante ya está hecho: escribir el micro y obtener el reconocimiento de los demás. El resto, es gratificante pero también secundario.
Lola, para mí ya es un orgullo que la composición te parezca digna del premio.
Torcuato, bienvenido al blog y gracias por este primer comentario. La intención era esa: crear un ritmo vertiginoso, prescindiendo, paradójicamente, de la acción (porque apenas hay verbos).
Jesus, y a mí me gusta que te gusten tantas cosas. Me hacen feliz tus palabras.
Rosana, me pones al lado de tres gigantes laureados de los microrrelatos, así que no puedo sino agradecerte tu generosidad.
Alberto, tus comparaciones son muy lúcidas y muy originales, como siempre. El relato debía ser tajante como el corte fatal en el cuello del juez. Pretendía eso y parece que me acerqué a mi objetivo.
Y Gabriel, lo cierto es que hay un par de frases que, leyéndolas del revés, trastocarían la lógica lingüístico-temporal(su mirada revoltosa, su cara de bobo) por la presencia de los posesivos (tiene que ver con un fenómeno de nombre feísimo: deixis), pero no quise perder demasiado tiempo intentando resolverlo, porque, aunque sí pensé en que se pudiera leer en las dos direcciones, creí más importante que el micro fuera homogéneo en su conjunto. Por otra parte dos cuestiones: primera: me halagan mucho tus palabras; segunda: disculpa mi ausencia como comentarista en el "Pasen y vean" de las Previsiones. Quería comentar un micro tuyo de la Ser que me impresionó, cuando el concurso de la Ser era "El mejor final de la historia". Aquel que empezaba con "Relleno folios por no vaciar el cargador..." y que era una atrevido y fantástico ejercicio de metaliteratura. Pero me enredaron obligaciones docentes, maritales y paternas: qué te voy a contar que no sepas ya.
En definitiva: abrazos múltiples, agradecidos y multidireccionales.
¡Qué micro tan fabuloso Iván! Me ha encantado el juego temporal y el ritmo tan galopante que has conseguido crear valiéndote de construcciones sintagmáticas y sin apenas usar verbos. Tiene mérito la cosa, sí señor. Lo he leído al revés y también está muy logrado. Enhorabuena por ser finalista, no era para menos.
ResponderEliminarUn abrazo,
Toni